El artículo "A Retrospective Evaluation of Serum Symmetric Dimethylarginine Concentration in Dogs With Protein-Losing Enteropathy", publicado por la revista Journal of Veterinary Internal Medicine, llega a la conclusión de que los niveles de dimetilarginina simétrica (SDMA) se encuentran relacionados con las enteropatías perdedoras de proteínas en perros. Así, estos pacientes ...
El artículo "A Retrospective Evaluation of Serum Symmetric Dimethylarginine Concentration in Dogs With Protein-Losing Enteropathy", publicado por la revista Journal of Veterinary Internal Medicine, llega a la conclusión de que los niveles de dimetilarginina simétrica (SDMA) se encuentran relacionados con las enteropatías perdedoras de proteínas en perros. Así, estos pacientes presentan niveles elevados de SDMA, que retornan al intervalo fisiológico tras la corticoterapia.
Las enteropatías perdedoras de proteínas son patologías digestivas en las que se produce una importante pérdida de proteínas, principalmente albúmina, a través del intestino y también aumenta el recambio de proteínas.
La dimetilarginina simétrica (SDMA) se emplea como biomarcador renal debido a su precisa correlación con la tasa de filtración glomerular. En comparación con la creatinina, los cambios en la concentración de SDMA son más sensibles y permiten detectar antes cambios en la funcionalidad renal.
La SDMA se produce como consecuencia de la metilación de proteínas que se lleva a cabo en todas las células. Por ello, este biomarcador también es sensible a aumentos en el recambio de proteínas. En la especie canina, el linfoma multicéntrico se ha relacionado con aumentos en el recambio proteico y en la concentración de SDMA, debido a alteraciones en el metabolismo de las proteínas. También se han encontrado asociaciones entre la concentración de SDMA y el porcentaje de grasa corporal y algunas razas.
Biomarcador diagnóstico y de evolución
El objetivo de este estudio retrospectivo es determinar si los niveles de SDMA aumentan en perros con enteropatías perdedoras de proteínas. Los investigadores también buscan conocer asociaciones de la SDMA con ciertos parámetros clínicos y comprobar si sus niveles se reducen tras el tratamiento de dichas enteropatías con corticoterapia. Para ello, se seleccionaron perros con enteropatías y perros sanos controles, todos ellos sin azotemia, ya que alteraría los valores de SDMA.
La mayoría de los perros con enteropatías perdedoras de proteínas mostraron niveles de SDMA superiores a los fisiológicos. Esto puede ser debido al mayor recambio proteico que se produce en estos pacientes. Además, los aumentos de SDMA reducen los niveles de arginina disponibles para la producción de óxido nítrico (NO). Ello podría alterar la microcirculación a nivel intestinal y predisponer a la aparición de úlceras, agravando el cuadro.
En aquellos pacientes con enteropatías perdedoras de proteínas que recibieron corticoides como tratamiento, los niveles de SDMA retornaron a los niveles fisiológicos, lo que respalda la relación de este biomarcador en estas patologías digestivas.
Los investigadores apuntan a que es necesario seguir profundizando en este aspecto para conocer el papel de la SDMA en las enteropatías perdedoras de proteínas y el mecanismo metabólico por el que aumentan sus niveles.
En conclusión, los autores afirman que los perros con enteropatías perdedoras de proteínas presentan niveles elevados de SDMA, cuya concentración disminuye con la corticoterapia. Aunque es necesaria una mayor investigación acerca de esta relación, en un futuro la SDMA podría ser empleada como biomarcador diagnóstico y de evolución de este tipo de patologías digestivas.