Diagnosticar la miocardiopatía dilatada (DCM) en etapas tempranas continúa siendo uno de los grandes retos en medicina veterinaria, especialmente en razas con alta predisposición genética como el Doberman Pinscher. Sin embargo, una nueva investigación liderada por universidades de Bélgica y Alemania ha identificado un prometedor parámetro electrocardiográfico que podría facilitar ...
Diagnosticar la miocardiopatía dilatada (DCM) en etapas tempranas continúa siendo uno de los grandes retos en medicina veterinaria, especialmente en razas con alta predisposición genética como el Doberman Pinscher. Sin embargo, una nueva investigación liderada por universidades de Bélgica y Alemania ha identificado un prometedor parámetro electrocardiográfico que podría facilitar un diagnóstico precoz, asequible y accesible para las clínicas veterinarias de atención primaria.
Se trata del "tiempo de activación pico ventricular septal a basal" (SB-VPAT, por sus siglas en inglés), medido mediante vectorcardiografía. Esta técnica, que representa tridimensionalmente la actividad eléctrica del corazón, ha sido adaptada para uso canino a partir de modelos humanos.
El estudio incluyó a 122 Dobermans, de los cuales 24 presentaban disfunción sistólica compatible con una fase B2 de DCM, aún sin signos clínicos visibles. Utilizando un dispositivo prototipo llamado RELF, los investigadores registraron vectores eléctricos del corazón desde solo cuatro puntos del cuerpo. A partir de estos, calcularon el SB-VPAT, definido como el tiempo entre la activación eléctrica máxima del tabique interventricular y la base del ventrículo.
Los resultados fueron contundentes: un valor de SB-VPAT igual o superior a 33,5 milisegundos permitió identificar a los perros con disfunción sistólica con una sensibilidad del 94,4 % y una especificidad del 83,6 %. Estos niveles de precisión son comparables o incluso superiores a los de biomarcadores como la troponina I o el NT-proBNP, pero con ventajas adicionales: el SB-VPAT no requiere análisis de sangre, ni equipamiento costoso o conocimientos especializados.
Hasta ahora, el diagnóstico temprano de la DCM requería pruebas como la ecocardiografía o el electrocardiograma Holter de 24 horas, que aunque eficaces, son poco prácticas para realizar de forma rutinaria o en campañas de cribado poblacional. El SB-VPAT, en cambio, se puede obtener en tan solo tres minutos, es no invasivo, y su análisis podría automatizarse con software clínico adaptado.
"El hallazgo es especialmente importante para veterinarios de atención primaria, ya que ofrece una herramienta de cribado económico y fiable para una enfermedad que afecta hasta al 60 % de los Dobermans", señala la autora principal del estudio, Margot Gheeraert, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Gante.
A diferencia de la duración total del complejo QRS en un ECG tradicional, el SB-VPAT se centra en el núcleo del proceso de despolarización ventricular, evitando zonas de activación más temprana o tardía que podrían generar ruido o error. Según el equipo, este enfoque permite una mejor correlación con parámetros ecocardiográficos como el diámetro sistólico del ventrículo izquierdo y el volumen sistólico indexado.
Además, el parámetro mostró una alta reproducibilidad entre diferentes observadores, lo que refuerza su aplicabilidad clínica.
Aunque el estudio se centró en una sola raza y utilizó un software aún no comercializado, los autores consideran que el SB-VPAT tiene potencial para convertirse en un parámetro rutinario en campañas de salud canina, especialmente si se integra en dispositivos portátiles con análisis automatizado.
También plantean ampliar la investigación a otras etapas de la DCM, como la fase B1 (con arritmias pero sin alteraciones ecocardiográficas), y analizar si el parámetro se ve afectado por tratamientos farmacológicos como amiodarona o sotalol, empleados en algunos de los perros participantes.