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El artículo "Investigation of maternal mortality and stillbirth in feline dystocia after emergency obstetric care interventions: a retrospective analysis", publicado por la revista Journal of Feline Medicine and Surgery, estudia de forma retrospectiva la resolución de 153 casos de distocia en gatas. Tan solo el 15% de las gatas fueron ...
El artículo "Investigation of maternal mortality and stillbirth in feline dystocia after emergency obstetric care interventions: a retrospective analysis", publicado por la revista Journal of Feline Medicine and Surgery, estudia de forma retrospectiva la resolución de 153 casos de distocia en gatas. Tan solo el 15% de las gatas fueron tratadas farmacológicamente de forma inicial, pero la mayoría necesitaron una intervención quirúrgica posterior, lo cual denota la mayor eficacia del manejo quirúrgico para la resolución de las distocias.
La distocia se define como dificultad en el parto, de forma que la hembra es incapaz de expulsar los fetos sin ayuda. Las distocias se consideran urgencias, debido a que, cuanto mayor es la duración del parto, mayor es el riesgo de mortalidad tanto para la madre como para los fetos.
La carencia de protocolos normalizados de actuación en el caso de distocias en gatas hace que los clínicos deban recurrir a la literatura o al consejo de terceras personas. El objetivo de este estudio es analizar las técnicas con las que se consigue una mayor tasa de éxito en la resolución de distocias en gatas.
Mortalidad materna
Según los investigadores, en el total de las 153 gatas estudiadas, la mortalidad materna fue del 2,4% y se produjo en gatas con un cuadro clínico inicial grave, como torsión o ruptura uterina, shock endotóxico o anemia severa. Al clasificar a las pacientes según el sistema ASA (American Society of Anestesiologist), la mortalidad aumentó a medida que la condición inicial de la gata era peor, siendo esta mortalidad del 2,9% en gatas ASA 3, del 7,58% en gatas ASA 4 y del 17,33% en gatas ASA 5.
El tratamiento médico fue empleado en el 15% de los casos. Sin embargo, en la mayoría de ellos se tuvo que intervenir quirúrgicamente al fracasar el tratamiento farmacológico. Por lo tanto, al optar por el tratamiento médico, los clínicos deben tener en cuenta que su tasa de éxito es baja y puede ser necesaria una cirugía posterior.
En relación con el manejo quirúrgico de las distocias, la ovariohisterectomía fue la técnica más utilizada (en el 59% de los casos), seguida de la cesarea conservadora (empleada en el 35% de los casos). La resección en bloque del útero con los fetos solo se llevó a cabo en el 6% de los casos y se asoció con una mayor mortinatalidad. Esta mayor mortalidad se debe a que esta técnica quirúrgica se lleva a cabo cuando los fetos ya están muertos o hay descarga vaginal purulenta y se quiere reducir el riesgo de peritonitis.
No obstante, la mortinatalidad fue mayor en las distocias resueltas quirúrgicamente que en aquellas tratadas farmacológicamente. La principal causa de esta mayor mortalidad fetal puede ser la anestesia de la madre. La mayoría de los anestésicos atraviesan la barrera placentaria y producen depresión a nivel central en los fetos, que se prolonga tras el nacimiento y puede comprometer su vida.
En este estudio, también se observó que la mortinatalidad fue mayor en los partos de mayor duración y en aquellas distocias en las que solo había un feto gestante, hecho que también aumenta el riesgo de distocia en sí.
En conclusión, los autores indican que el tratamiento farmacológico de las distocias en gatas tiene una baja tasa de éxito, requiriendo en muchas ocasiones de una intervención quirúrgica posterior. Además, resulta fundamental acortar el tiempo del parto para reducir la mortinatalidad, especialmente en gestaciones de un solo gato, en los que el riesgo es mayor.