"Las competencias en materia clínica son clave para el futuro veterinario"

Este 2017 se cumplen 35 años desde que la Facultad de Veterinaria de Murcia empezara a impartir la licenciatura de Veterinaria, unos estudios que han evolucionado en base a las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior y que, según su decano, Gaspar Ros, siempre han dado un papel clave “a la formación práctica y al trabajo autónomo del alumno”.

25/05/2017

Desde que iniciara su trayectoria el curso 1982-83, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia ha contado con tres planes de estudio basados en el crédito europeo (ECTS) cuya finalidad, en palabras de su decano, Gaspar Ros, "es homogeneizar los distintos sistemas de enseñanza y convalidar los estudios ...

Desde que iniciara su trayectoria el curso 1982-83, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia ha contado con tres planes de estudio basados en el crédito europeo (ECTS) cuya finalidad, en palabras de su decano, Gaspar Ros, "es homogeneizar los distintos sistemas de enseñanza y convalidar los estudios dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)".

Según Ros, el eje principal del grado es "la integración del conocimiento en una formación polivalente que hace hincapié en facetas clave de la profesión como son la clínica y sanidad animal, la producción animal y seguridad alimentaria, y un componente práctico esencial que permite al estudiante adquirir unas competencias profesionales altamente cualificadas". Una síntesis que explica la gran demanda que la facultad registra cada año: casi 1.500 solicitudes para las 90 plazas que ofertan.

Perfil polivalente

El perfil del estudiante de veterinaria es muy vocacional, algo que no quita que deba cumplir con ciertos requisitos: "Debe poseer unas aptitudes científicas especialmente relacionadas con las ciencias biológicas, la salud y el bienestar de los animales". El decano explica que, en los últimos años, se ha dado un gran interés por los cuidados de los animales, algo que, en su opi­nión, se debe "al desconocimiento en torno a competencias que el veterinario debe adquirir igualmente relacionadas con la pro­ducción animal –o zootecnia– y la seguridad alimentaria en toda su extensión, desde la granja a la mesa". Unos ámbitos que la Fa­cultad tiene el cometido "de incorporar a su formación integral, de manera que el alumno los conozca y adquiera".

De hecho, este mayor flujo informativo puede jugar a favor de la ocupación dentro del sector, donde cada año se gradúan unos 1.200 nuevos veterinarios, cuando nuestro mercado solo es capaz de absorber a unos 500. ¿A qué otras salidas veterina­rias opta un graduado en veterinaria hoy en día, al margen de trabajar en centros médico-quirúrgicos de animales domésti­cos? Según Gaspar Ros, este "estará capacitado para trabajar o dirigir laboratorios de diagnóstico veterinario (patología, mi­crobiología, parasitología o seguridad alimentaria); en industri­as pecuarias (ganadera, lechera, cárnicas, avícola, acuícola); en medicina veterinaria preventiva y salud pública veterinaria; en sanidad y producción animal; en centros o actividades de vida silvestre, zoológicos y centros de rehabilitación de animales sil­vestres; en economía y administración de empresas pecuarias; en inspección y tecnología de los alimentos; en investigación y docencia universitaria y técnico-profesional; o salud ambiental, entre otras".

Una sola salud

A la hora de explicar cómo preparan a los nuevos profesiona­les que nutrirán el sector, el decano hace mención del lema de la profesión en España, Higia pecoris, salus populi (La hi­giene del ganado, la salud del pueblo), una frase que, para él, "resume la esencia y necesidades del estudiante en Ciencias Veterinarias". "Los conocimientos y competencias tienen como eje vertebral en su formación la que aúne la visión del concepto `una sola salud´ en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento individual o colectivo, así como la lucha contra las enfermeda­des de los animales, sean considerados estos individualmente o en grupo, particularmente las zoonosis, con la capacidad de saber identificar los riesgos emergentes en todos los ámbitos de la profesión veterinaria. Para todo ello es esencial saber realizar el control adecuado de la cría, manejo, bienestar, reproducción, protección y alimentación de los animales, así como la mejora de sus producciones, dentro de una actividad económica rentable y con respeto al medio ambiente", afirma Ros.

Otro de los ejes principales de la formación tiene que ver con el control de la higiene, la inspección y la tecnología de la producción y elaboración de alimentos de consumo humano desde su producción hasta su consumo. "Las competencias en materias clínicas son la clave profesional de las futuras veterina­rias y veterinarios, que también deben combinar el conocimien­to de las técnicas médicas y quirúrgicas con los cuidados que los animales necesitan", prosigue el decano, quien también expli­ca que todo lo anterior debe darse "a la luz del conocimiento y aplicación de las disposiciones legales, reglamentarias y adminis­trativas en todos los ámbitos de la profesión veterinaria y de la sa­lud pública, comprendiendo las implicaciones éticas de la salud", algo que liga con otra gran enseñanza derivada de la práctica profesional, que no es otra que "el respeto a otros profesionales de la salud", algo que pasa por "la adquisición de habilidades re­lacionadas con el trabajo en equipo, el uso eficiente de recursos y la gestión de calidad".

Para leer la entrevista antera, haz click en el PDF.

Nuestros Podcasts