Un informe de la UMH destaca los avances laborales en el sector veterinario alicantino desde 2014

En enero de 2014, Alicante fue pionera al firmar el primer convenio colectivo del sector clínico veterinario en España, un acuerdo que se convirtió en referencia para el resto del país. Diez años después, un estudio realizado por la Universidad Miguel Hernández destaca los avances logrados en la profesión, pero también identifica nuevos desafíos, como la falta de personal cualificado y la competencia de centros low cost.

01/10/2024

En enero de 2014 los representantes sindicales y de la patronal alicantina (AEVA) suscribieron el primer convenio colectivo de España del sector clínico veterinario. Aquel acuerdo provincial sería todo un referente para el resto del país, que aún tardaría cinco años más en rubricar uno a nivel nacional (enero de ...

En enero de 2014 los representantes sindicales y de la patronal alicantina (AEVA) suscribieron el primer convenio colectivo de España del sector clínico veterinario. Aquel acuerdo provincial sería todo un referente para el resto del país, que aún tardaría cinco años más en rubricar uno a nivel nacional (enero de 2020). El Colegio de Veterinarios Alicante (Icoval) recogía los frutos del trabajo de mediación iniciado un lustro antes, en 2009, cuando su entonces presidente, Luis Eduardo Montes, anunció su intención de aunar voluntades y dar facilidades para lograr tal meta. Conscientes de la repercusión de ese precedente, la actual Junta Directiva colegial encargó al Instituto Universitario de Investigación -CIO- de la Universidad Miguel Hernández (UMH) realizar un `Informe de impacto´ de aquel convenio. Diez años después, el estudio realizado ha confirmado que el referido pacto y la sucesión de revisiones posteriores, según la percepción de los veterinarios de esta provincia, sirvió para avanzar en la mejora de las condiciones laborales de la profesión, contribuyó a aumentar la satisfacción profesional con la actividad desempeñada y frenó la apertura, el boom de nuevos centros veterinarios que entonces se daba. Y fruto de ello, la oferta clínica existente comenzó a cambiar: se redujeron consultorios y aumentó el número de veterinarios que trabajan en hospitales.

Por el contrario, según el mismo informe, los gerentes o propietarios de centros señalan dos problemas que han ido a más pese al convenio: las dificultades para competir con las fórmulas de negocio low cost (de bajo coste, reseñadas por el 69% de encuestados) y las cada vez mayores complicaciones para contratar trabajadores cualificados (61,9%). Los asalariados, por su parte, destacan "la falta de reconocimiento social de la profesión" (84%) y la "escasa concienciación sobre el bienestar y salud animal" (58%) como sus principales preocupaciones. Cuestiones, por otra parte, que ya habían sido anteriormente identificadas a nivel nacional por un estudio promovido por la Organización Colegial Veterinaria (OCV) publicado en enero.

El informe de la UMH no sólo analiza, con motivo del décimo aniversario de la firma de este convenio, las repercusiones posteriores sobre la profesión que tuvo en Alicante sino que también persigue describir "el estado actual de la profesión en la provincia, tal y como es percibido por los veterinarios colegiados", se advierte en la introducción. Además de realizar una encuesta -representativa y con preguntas `cerradas´- a 109 colegiados (que suponen en torno al 10% de los censados en Icoval), el estudio saca conclusiones y extrae datos de todas las fuentes colegiales disponibles.

Situación laboral

Más allá de confirmar el consabido fenómeno a nivel nacional de la progresiva femininización de la profesión --a partir de 2017, años antes que en España, el número de mujeres y hombres en Alicante se iguala y desde entonces el primer grupo no ha hecho sino crecer hasta acaparar hoy el 64,55%-- el estudio describe la situación laboral actual del colectivo. Así, destaca -en porcentajes seguramente superiores a los nacionales- cómo el 93.88% de los veterinarios de esta provincia manifiestan, sin diferenciación significativa entre sexos, que les "gusta el trabajo que realizan" y un notable

72.45% aprecian un "reconocimiento positivo de los clientes". Asimismo, el 50% ratifican que sus horarios de trabajo les facilitan la conciliación familiar. Aquí surgen discrepancias: "Los autónomos, de ambos sexos, manifiestan problemas de conciliación, y también los hombres que trabajan por cuenta ajena", matizan en el informe a partir de la encuesta.

Por contra, hasta el 58.1% de los preguntados afirmaron que sus horarios les generan "cansancio y estrés". La excepción a esta percepción -que es general pero más acuciada entre veterinarios autónomos y mujeres asalariadas- se da entre propietarios y varones empleados por cuenta ajena (que sufren menor estrés). Además, un 44% advertían que las guardias les agotaban y es más, hasta un 73% respondían que su trabajo "no está bien pagado".

Convenio alicantino y el nacional

La comparación -restringida a los entrevistados que manifestaron conocimiento al respecto- entre los efectos del convenio de 2014 (provincial) y el de 2020 (nacional) también arroja un balance ligeramente más positivo en favor del primero pero con diferencias poco significativas, siempre según el informe.

El convenio de Alicante fue el primero, entró en vigor más de 5 años antes y aportó singularidades que después no fueron recogidas por el acuerdo nacional. Como también aparece reflejado, aquel acuerdo ya incorporó, en las diferentes categorías profesionales, el reconocimiento a los diplomados europeos y/o americanos. Incluso estableció una reserva para la especialidad que en el futuro pudiera desarrollar la OCV (como ahora se está ultimando). Y eso es algo que el convenio nacional aún no recoge.

Por otra parte, los datos del registro colegial de centros confirman que el convenio de 2014 contribuyó a una moderación en la apertura de centros veterinarios. Una ralentización en la ampliación de la oferta que acabó por derivar en un aumento del número de animales atendidos por centro. Esto también significó una disminución en la inauguración de consultorios y clínicas, mientras que el número de hospitales crecía en cantidad y complejidad. Así, a partir de la entrada en vigor del convenio se observa un incremento en el tamaño medio de las plantillas de los centros, duplicándose el número de veterinarios en hospitales, que ahora supera incluso al número de veterinarios en consultorios. Los centros más grandes, con más de cuatro veterinarios, presentan equipos más diversos, más oportunidades para el desarrollo profesional y una remuneración media más elevada.