Un estudio realizado en gatas intervenidas de ovariohisterectomía aprueba el uso de opioides (morfina, metadona y tramadol) en la premedicación preanestésica como estrategia para reducir el dolor en el periodo postquirúrgico. El artículo Comparison of analgesic efficacy of tramadol, morphine and methadone in cats undergoing ovariohysterectomy, publicado en Journal of Feline Medicine and Surgery, compara el efecto analgésico intra y postoperatorio de tres opioides (morfina, metadona y tramadol) empleados como premedicación. Los autores llegan a la conclusión de que estos fármacos reducen significativamente el dolor en las primeras 6 horas del periodo postquirúrgico, pero su administración como únicos analgésicos no es suficiente durante el periodo intraoperatorio.

Los gatos domésticos no suelen recibir una adecuada analgesia perioperatoria, debido a la dificultad de reconocer el dolor en estos individuos, el cual muchas veces se confunde con miedo o estrés. En este sentido, los opioides son el grupo de fármacos más empleados para el manejo del dolor en pequeños animales, destacando el uso de la morfina, la metadona y el tramadol. Sin embargo, apenas existen estudios que comparen la eficacia analgésica de los opioides en el periodo perioperatorio, que constituye el objetivo de este estudio.

Para ello, los investigadores escogieron gatas que iban a ser operadas de ovariohisterectomía y las dividieron en tres grupos, a cada uno de los cuales administraron una premedicación diferente: morfina (0,2 mg/kg), metadona (0,2 mg/kg) o tramadol (3 mg/kg). Posteriormente, todos los grupos fueron anestesiados con el mismo protocolo: inducción con propofol y mantenimiento anestésico con isoflurano.

Analgesia de rescate

Los tres opioides demostraron ejercer el mismo efecto analgésico intra y postoperatorio. Sin embargo, el 76,7% de los individuos necesitaron analgesia de rescate (fentanilo 2,5 mg/kg) durante algún punto de la cirugía, especialmente en el momento en el que se ligaba el segundo pedículo ovárico, ya que es una acción que genera estímulos nociceptivos de gran intensidad. No obstante, no se observaron diferencias significativas entre los tres grupos en la necesidad de analgesia de rescate intraoperatoria.

Este elevado porcentaje de gatas que necesitaron de la administración de fentanilo durante la cirugía se debe al uso único de opioides en la premedicación. De esta forma, el uso en la premedicación de fármacos analgésicos con otro mecanismo de acción, como la dexmedetomidina, reduce considerablemente el uso de fentanilo en estas cirugías.

En cuanto al periodo postquirúrgico, se empleó la escala multidimensional de la UNESP-Botucatu para graduar el dolor tras la cirugía. Así, en las primeras 6 horas del periodo postoperatorio, no se observaron diferencias en el efecto analgésico de estos tres opioides, de forma que la mayoría de los gatos mostraron pocos signos de dolor.

A pesar de que los opioides producen bradicardia y depresión respiratoria, ninguno de estos efectos fue observado en el estudio. Por el contrario, las gatas operadas presentaron una alta incidencia de hipertermia postoperatoria, especialmente en el grupo premedicado con tramadol. Aunque este efecto es transitorio y autolimitante, se debe tener en cuenta para distinguir la hipertermia debida a opioides de una verdadera fiebre en el periodo postquirúrgico.

Además, algunas de las gatas del grupo de animales premedicados con morfina presentaron náuseas y vómitos, lo que se debe a que este fármaco estimula los quimorreceptores del centro del vómito.

En conclusión, los resultados de este estudio indican que la premedicación con morfina, metadona o tramadol en gatas intervenidas de ovariohisterectomía ofrece una adecuada cobertura analgésica en el periodo postoperatorio. Sin embargo, la analgesia durante la cirugía fue insuficiente, siendo recomendable combinar los opioides con otros fármacos, como agonistas adrenérgicos a2, para conseguir una mejor analgesia intraoperatoria. Finalmente, aunque no se observaron efectos cardiorrespiratorios, los opioides produjeron hipertermia tras la cirugía y, en el caso de la morfina, también se observaron náuseas y vómitos.