"Los gatos son otra cosa, hay que disfrutar con su compañía y con su observación"

El desconocimiento generalizado sobre la conducta de los felinos pone de relevancia la importancia creciente de la etología. Para Rosana Álvarez, experta etóloga felina, es necesario hacer hincapié en la formación de los propietarios y de los compañeros generalistas, puesto que es la manera de mejorar la calidad de vida de los animales.

22/12/2016

Un reciente estudio demostraba que los perros entienden lo que decimos y cómo lo decimos, debido, principalmente, a su domesticación que empezó hace miles de años. Los gatos, en cambio, están todavía lejos de comportarse de tal manera. Las claves son claras, “su naturaleza no social y la distancia en ...

Un reciente estudio demostraba que los perros entienden lo que decimos y cómo lo decimos, debido, principalmente, a su domesticación que empezó hace miles de años. Los gatos, en cambio, están todavía lejos de comportarse de tal manera. Las claves son claras, “su naturaleza no social y la distancia en miles de años que separan su domesticación de la del perro”, explica Rosana Álvarez, licenciada en Veterinaria y máster en Etología clínica y bienestar animal.

Para la experta etóloga, hay que saber disfrutar de los felinos tal como son, porque “la clave para llevarse bien con un gato consiste en disfrutar con la observación y la compañía que él quiera brindarnos”. Su naturaleza solitaria hace que quieran mantener su espacio, aunque encontramos un gran abanico de fenotipos de gatos: algunos más huidizos, intolerantes al contacto físico, y otros más sociables, tendientes a admitir la compañía e incluso buscarla. El motivo es sencillo, comenta Álvarez: “no llevan suficientes años de domesticación para haberse rendido del todo a disfrutar de la compañía de otros individuos”. Además, “el perro siempre está dispuesto a complacernos y el gato, a percibir su entorno como amenazante y esquivarlo”, añade Álvarez.

Los propietarios tienen que entender que “los felinos tienen su propia manera de comunicarse y ésta se basa en principios impuestos por su naturaleza poco social”. Para no agobiar al animal, Álvarez aclara que “los contactos deben ser siempre breves, y las zonas en las que centrarse, la cabeza, el mentón, la base de las orejas y la nuca”. “Y es que si el gato no está en buena predisposición, no lograremos que valore nuestras caricias”, comenta la etóloga. Para saber si el gato está cómodo, Álvarez explica que las señales son: “rodar delante de nosotros, frotar su mentón, parte lateral del cuerpo y cola con nuestro cuerpo, ronronear, descansar encima o cerca, entrecerrar los ojos y dirigirse hacia nosotros con la cola estirada hacia arriba en señal de saludo”.

Prevención ante todo

La etología también se centra en la prevención de posibles problemas de comportamiento, fundamental para una vida saludable para el felino. Y es que “la mayor parte de los problemas de comportamiento suelen tener una causa o agravante orgánica”, explica Rosana Álvarez. Para diagnosticar cuáles son los motivos, a veces “es necesario realizar la consulta en el propio domicilio del cliente, cuando se considera que aportará más información sobre cómo se comporta el animal y sobre el ambiente en el que vive”.

Otras veces, la mayoría, la visita se realiza en la consulta, donde se realiza una anamnesis, una entrevista al propietario. Con la información que aporta el propietario, la observación del animal y las posibles pruebas clínicas, se elabora un diagnóstico y un tratamiento personalizado. “El tratamiento siempre es multimodal, es decir, incluye intervenciones de distinto tipo: ejercicios de modificación de conducta, modificación del ambiente y rutinas, enriquecimiento ambiental, educación y adiestramiento, medidas dietéticas, utilización de nutracéuticos, feromonas y fármacos”, detalla la etóloga. A medida que pasa el tiempo, se realizan revisiones para evaluar el tratamiento y modificarlo en caso necesario. (…)

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