"Las trampas y el veneno para el control de gatos son científicamente inútiles”

Katherine Polak, directora internacional de Bienestar Animal de la Fundación Soi Dog (Tailandia), impartió un curso de formación a 15 profesionales sobre esterilización felina en Gran Canaria, auspiciado por el Colegio de Veterinarios.

20/10/2016

Katherine Polak, directora internacional de Bienestar Animal de la Fundación Soi Dog, ubicada en Tailandia, estuvo en septiembre en Gran Canaria e impartió un curso organizado por el Colegio de Veterinarios de Las Palmas en colaboración con el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ...

Katherine Polak, directora internacional de Bienestar Animal de la Fundación Soi Dog, ubicada en Tailandia, estuvo en septiembre en Gran Canaria e impartió un curso organizado por el Colegio de Veterinarios de Las Palmas en colaboración con el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y con el respaldo del Cabildo de Gran Canaria. El curso estuvo dirigido a quince veterinarios que se han formado en gestión de comunidades felinas.

Polak una es experta de reconocido prestigio en el ámbito veterinario y posee una amplia experiencia en temas de bienestar animal. El curso se celebró en la Facultad de Veterinaria para formar a especialistas en la programación, el diseño y el manejo de campañas de esterilización felina. Para ello, el Cabildo de Gran Canaria aportó 30 jaulas para la captura de los animales. Entre los objetivos del curso está la formación de profesionales desde la captura hasta la esterilización de los animales, la mejora de la confianza en las técnicas de esterilización denominadas “de gran calidad y grandes volúmenes” -es decir, esterilizar la mayor cantidad de animales en el menor tiempo posible en una operación donde se mantienen todos los estándares de calidad habituales- y la formación acerca de los cuidados pre y post cirugías de esterilización.

“Británicos que se retiraron en Tailandia vieron el maltrato y el sufrimiento animal y decidieron montar esta fundación. Basaron su trabajo en campañas de esterilización en perros, contratando veterinarios locales y voluntarios. Luego empezó a crecer y en poco tiempo es la protectora más grande de todo el Sudeste asiático”, explica Katherine Polak.

La razón por la que la sociedad también está trabajando en Myanmar (antigua Birmania) es porque existe un gran problema de rabia en la zona. Hay miles de perros sueltos en la calle infectados de rabia y un montón de casos de transmisión. El Gobierno, solamente en Rangún, la ciudad más grande del país y antigua capital hasta 2005, mata a 3.000 perros mensuales con veneno.

La fundación está a punto de poner en marcha un programa muy amplio de esterilización masiva de perros en Bangkok, la capital y la ciudad más poblada de Tailandia. Se van a desarrollar diez unidades móviles para operar 80.000 perros al año. Hay 700.000 perros abandonados en Bangkok. Tailandia tiene un bajo nivel de rabia comparado con otros países asiáticos (diez casos de rabia humana por año) y se considera un país endémico de rabia. “La gente da de comer a los perros, aunque no los tenga en casa, no se esterilizan y se reproducen de forma incontrolada”.

“En los países asiáticos en general no preocupa mucho el bienestar animal pero sí la salud humana, el turismo y todos los temas de salud pública , por lo que estamos utilizando este argumento como forma de control de la rabia y de paso mejorar el bienestar animal”, afirma Polak.

Uno de los objetivos es evitar el consumo de carne de perro. Cada año cogen ilegalmente miles de canes en Tailandia y los venden en Vietnam para su consumo. Los perros son cazados en la calle de manera ilegal y son transportados en condiciones inhumanas. En Tailandia está prohibido comer la carne de perro, pero no en Vietnam. “En Vietnam se han comido a todos los perros de la calle y se dedican a robarlos en Tailandia ilegalmente. Estamos haciendo acciones legales con el gobierno. Si el gobierno intercepta algún envío de perro para consumo de carne a Vietnam, nosotros pagamos la comida y las vacunaciones y recibimos del gobierno ayuda para ocuparnos de 2.000 perros al mes. Estamos haciendo –manifiesta Polak- campaña en Vietnam y Corea en contra del consumo de carne de perro”.

La comida de perro es un plato caro para gente de clase media alta, en buena parte ejecutivos, y se considera un manjar, una delicatessen. Su consumo no está regulado. En Vietnam sí se come carne de perro y por eso los roban. Los budistas no comen carne de perro, por lo que en Tailandia no tienen este problema ya que el 95% de su población profesa esta creencia. En el norte de Vietnam es cada vez más popular consumir carne de perro y de gato. “Estos animales son trasladados a escondidas y cruzan la frontera con el objetivo de vender su carne de contrabando. Se considera la carne del pequeño tigre. Hemos tratado de impedirlo y hemos conseguido que el gobierno lo considere ilegal desde el pasado mes de noviembre”.

“Yo creo que en Gran Canaria debe haber miles de gatos, aunque no hay un censo de animales abandonados, ni siquiera hay control de los que se están esterilizando. Los gatos están alimentados por personas en las zonas turísticas y en hoteles. Hay muchas personas que les dan de comer. Se trata de educar y aportarles beneficios sanitarios, pero también de minimizar los problemas que causan a las personas que no les gustan los gatos”.

El curso se basa en una técnica (TNR en sus siglas en inglés) que consiste en capturar con trampas, esterilizar y devolver al sitio de origen. “El único método científicamente probado de controlar a una población felina es éste, el de capturar, esterilizar y devolver. Otros métodos, como por ejemplo capturar los gatos y meterlos en un santuario o emplear métodos letales para sacrificarlos, no sirven para nada. Los gatos van y se desarrollan donde hay comida. Es imposible capturar a todos los gatos de la isla a la vez, con lo cual, habiendo alimentos disponibles, los gatos se van a seguir reproduciendo y van a seguir yendo al entorno humano”.

En el campus de la Universidad de Florida, donde estudió y trabajó Polak, se calcula que hay unos 5.000 gatos, aproximadamente. “Es una de las universidades más importantes de Estados Unidos con una Facultad de Veterinaria muy potente. Este programa, donde hay una operación en la que se le hace un corte en la punta de la oreja al gato (denominado catnip), se basa en esterilizar a unos 200 gatos mensuales”. Es un servicio gratuito que ofrece la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida para el control de la población felina ya que su campus universitario está rodeado de urbanizaciones de chalés y campos de golf, adonde acuden los gatos, que los estudiantes cuidan y alimentan. A esas urbanizaciones se les brinda el servicio, además de las comunidades universitarios que viven en el campus.

En relación con la cantidad de gatos que circulan por las carreteras canarias, Polak no conoce que exista el problema de los gatos salvajes que se cruzan por la vías en Florida. “Mi consejo inicial es esterilizarlos porque, como son territoriales, se quedan en la zona donde está su comida y vagabundean menos”. La doctora considera que las formas letales de control de gatos, tanto las trampas como el veneno, son “científicamente inútiles” porque no consiguen reducir realmente las colonias. Además, estos métodos no son aceptados por la sociedad y la gente los rechaza.

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