Fundación Affinity, 30 años apostando por los animales

En este 2017, la Fundación Affinity celebra 30 años. Durante todo este tiempo, su misión ha sido clara: difundir los beneficios de los animales de compañía en la sociedad. Para conseguir su objetivo, han dividido su actividad en tres ámbitos de actuación, la investigación, los programas sociales y la comunicación.

06/12/2017

Desde su creación en el año 1987, la Fundación Affinity, perteneciente a la empresa de alimentos para perros y gatos Affinity Petcare, ha tratado de difundir los beneficios de los animales de compañía en nuestra sociedad. "Junto a nuestros colaboradores, hemos realizado multitud de investigaciones destinadas a conocer más sobre ...

Desde su creación en el año 1987, la Fundación Affinity, perteneciente a la empresa de alimentos para perros y gatos Affinity Petcare, ha tratado de difundir los beneficios de los animales de compañía en nuestra sociedad. "Junto a nuestros colaboradores, hemos realizado multitud de investigaciones destinadas a conocer más sobre el vínculo que se crea entre humanos y mascotas", comenta Maribel Vila, responsable de los programas de Terapias Asistidas con perros y bienestar animal de la Fundación Affinity.

Desde la Fundación también emplean sus fuerzas y recursos para erradicar el abandono de los animales e investigar y divulgar los beneficios que conllevan la Terapia y Educación Asistida con Animales de Compañía. "Así pues, podríamos decir que desde la Fundación trabajamos en tres prioridades: la investigación, los programas sociales y la comunicación".

Terapias asistidas

Uno de los pilares básicos de la Fundación se encuentra en las Terapias Asistidas con Animales (TEAAC). "Todo empezó en el año 1993, cuando iniciamos el programa `Perro residencial´, que consistía en donar una pareja de cachorros a diferentes centros de salud mental, centros geriátricos, centros de educación especial, centros penitenciarios o de menores", recuerda Maribel Vila, y añade que el objetivo del proyecto era "normalizar las instituciones, por un lado, y por el oro utilizar los animales como un recurso terapéutico".  Aunque hoy en día las Terapias Asistidas con Animales  en centros geriátricos, con personas mayores o con niños con déficit de atención son ya más comunes, "en nuestros inicios todavía eran bastante desconocidas".

A través del programa `Perro Residencial´, la Fundación Affinity llegó a tener más de 130 perros repartidos por 94 centros de toda España. "En el año 2011 este programa finalizó y desde entonces damos impulso a nuevos programas, todavía desconocidos en España, donde un equipo de profesionales lleva a sus propios perros para trabajar en diferentes colectivos".

Es en este contexto, señala la responsable de los programas de Terapias Asistidas con Perros, que han desarrollado `Buddies´, un programa con jóvenes tutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (GAIA) de la Generalitat de Cataluña. A través de `Buddies´, los menores aprenden a educar a los perros y, a medida que pasan los días, el vínculo es mayor, favoreciendo una actitud positiva de los adolescentes ante la sociedad, una mejora física y mental y su capacidad de autocontrol, entre otros.

TEAAC en prisiones

Probablemente, uno de los programas que ha cosechado más éxito ha sido el programa de TEAAC en prisiones, que tienen como objetivo "facilitar a los internos su integración en la sociedad, puesto que una de las finalidades primordiales de la pena de prisión es la rehabilitación y la reinserción social de las personas privadas de la libertad". Estos programas principalmente se destinan a internos con problemas de afectividad y autoestima, ya que el cuidado de un animal proporciona un mayor sentido de sí mismo y de los otros. De esta manera, se consigue que el interno se integre más fácilmente en la dinámica, y que mejore su cuidado personal y su relación con la sociedad.

A partir de aquí, en cada uno de los programas se establecen unos objetivos concretos y medibles en el tiempo. "Normalmente, cada programa cuenta con dos perros, suelen ser perros labradores, que viven en el centro penitenciario de forma permanente. Los funcionarios, profesionales e internos son su familia y, al mismo tiempo, son quienes se benefician de manera directa e indirecta de la presencia y el contacto de los animales",  señala Maribel Vila. El tiempo que los perros intervienen en las terapias está controlado para que no exceda su capacidad de trabajo, "y el resto del tiempo lo disfrutan como si fuesen cualquier otro perro, ya sea descansando o jugando", detalla.

Los internos que participan en el programa `Perro Asistencial, que son seleccionados tras una evaluación psicosocial y tras la realización de un plan individualizado de intervención en el que se señalan los objetivos que se esperan conseguir con la terapia, se comprometen a través del Contrato terapéutico a "participar de manera totalmente voluntaria en el programa y también a cuidar y a respetar a los animales".

A partir de este momento, y después de recibir por parte de un experto nociones básicas sobre el manejo de los perros, los internos se hacen responsables directos de los animales. "De esta manera, son los propios internos los que se encargan de las tareas diarias: desde el cuidado hasta la alimentación, pasando por la higiene, los pases o las actividades lúdicas. En algunos centros, los animales salen a pasear con los internos en salidas programadas y también con los funcionarios o profesionales que se los llevan a sus propios domicilios", detalla Vila.

Trabajo interdisciplinar

Tras cada una de estas intervenciones se encuentra un equipo técnico, formado por el subdirector de tratamiento, un educador, un trabajador social, un psicólogo y funcionarios de vigilancia.

"No solo en el caso de las TEAAC, sino en términos generales –indica Maribel Vila–, las Terapias Asistidas con Animales suelen ser un trabajo interdisciplinar que requiere profesionalidad sobre los colectivos y mucho conocimiento sobre el estado emocional de los animales". Vila también enumera las partes que conforman este equipo multidisciplinar: "Primero contamos con la persona que realiza la praxis, que es un experto en TEAAC, cuya función es la de trabajar con uno o más perros para conseguir los objetivos marcados previamente.  A  continuación, contamos con el profesional de la salud o el de la educación del centro en el que se trabaja, que sería la persona encargada de seleccionar al grupo y definir los objetivos de trabajo. Además, está la persona que realiza las mediciones, condición necesaria para que pueda ser considerada una terapia. Finalmente, también contamos con los directores de los centros y en el caso de programas gubernamentales todos los coordinadores".

Más y mejor

Maribel Vila también cuenta que durante estos 30 años de vida de la Fundación Affinity se ha podido ver una evolución favorable en cuanto a la aceptación de las terapias: "Cada vez son más conocidas las Terapias Asistidas con Animales en nuestra sociedad y cada vez son más las instituciones que trabajan con animales dentro de un programa de terapias". A pesar de ello, la experta considera que "todavía hay muchos sectores, especialmente el médico, donde se desconocen todos los beneficios que los animales pueden aportar. Por eso es importante evaluar de manera científica todos los programas para que existan datos reales sobre sus  beneficios y dar a conocer todos los programas".

En cuanto a los animales que intervienen en las terapias, Vila comenta que se han producido cambios en la concepción del arquetipo del animal y "que se ha quedado obsoleto el concepto que solo los perros de criador, y especialmente razas como los golden retriever y los labradores, son aptos para estos tipos de programas". De hecho, remarca, "muchas entidades y asociaciones, en los últimos años, han apostado por adoptar perros de protectoras para realizar esta labor.  En nuestro caso, por ejemplo, más de la mitad de los perros que participan en nuestras terapias son de refugios".

Lo importante, más allá de procedencia y raza, es que el perro disfrute con el contacto humano, tenga un comportamiento equilibrado y fiable y que no sufra ninguna enfermedad. Es clave que el bienestar del animal esté siempre garantizado y que los animales no se estresen trabajando. "A partir de aquí –sigue explicando Maribel Vila–, y con estas características básicas, lo importante es un buen adiestramiento, primero en lo que se conoce como la `obediencia básica´, que son los comandos básicos y que nos dan un buen control sobre el animal y también en habilidades propias de un perro de terapia como por ejemplo llevar objetos a los usuarios o pasar por debajo de las piernas, entre otros", concluye.

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